Esta semana nos adentramos en la cartografía histórica de la mano de dos autores: Hieronymus Cock (1510-1570) y de Vinko Paletin (1508-ca. 1571). El primero de ellos, Hieronymus, fue un grabador flamenco que se dedicó a las artes plásticas como la pintura y la impresión durante el Renacimiento. La vocación le llegó de su padre y de su hermano, ambos pintores. Tras trabajar en la ciudad belga de Amberes, marchó a Roma para perfeccionar su pintura y aprender de los maestros italianos. Tras su regreso a Amberes unos años después, creó su propia imprenta convirtiéndose a su muerte en la más importante del norte de Europa. Su trabajo permitió la difusión del Renacimiento por el norte europeo con sus ediciones de grabados de pinturas y planos cartográficos de personajes destacados como Rafael, Pieter Bruegel el Viejo o Andrea del Sarto.
VInko Paletin, nacido en Croacia cerca de 1508, fue un polifacético hombre del Renacimiento. Además de cartógrafo, inventor y traductor, destacó como marinero, conquistador y diplomático croata en las filas de la orden dominicana. Tras estudiar en la Universidad de Bolonia, se licenció en teología en 1549. Hombre erudito, publicó en latín, italiano y en español. De su obra podemos destacar la publicación de la guerra de los españoles en América Central, diferentes manuales de navegación y el análisis del origen de los edificios monumentales de Chichen-Itza en México.
En 1553, aparece el mapa titulado Nova Descriptio Hispaniae / Hieronymus Cock pictor Antuerpianus Excudebat Cum Caesariae Maiestatis Gratia et Privilegio per Annos sex 1553. El plano presenta unas dimensiones de 75,5 x 93 centímetros y una escala cercana a 1:1.400.000. En el lateral izquierdo aparecen dos cartelas, la inferior está escrita en latín y, la superior, en castellano en las que explica las lenguas utilizadas y la representación de los topónimos de las ciudades. En el ángulo inferior derecho se muestra un gran escudo de España de la Casa de Austria. El escudo está acompañado por la gran águila bicéfala coronada y en los lados las columnas de Hércules con el lema “Plvs Ovltre” (más allá). Bajo esta, aparece una larga descripción en latín que ha sido recortada y pegada. Además, como características podemos destacar que los márgenes se encuentran graduados, aparecen nudos de rumbos y está orientado con la flor de lis. También están reflejados los montes, los ríos más importantes y las ciudades y obispados representados según su importancia. Por último, destacar los barcos de la época y los peces fantásticos que simbolizan los peligros del mar.
El mapa deriva del estampado de 1551 de Vinko Palenti, más conocido en el mundo latino como Vincento Paletino o Vincentius Corsulensis. Más adelante, las planchas de la imprenta de Cock fueron compradas y utilizadas por Van de Houve y, posteriormente, por Van Lochon.
Respecto a nuestra ciudad, el Renacimiento llegó de la mano de una de las familias nobiliares almanseñas más reconocidas. En el siglo XVI, Almansa contaba con diferentes familias nobles como los Navarro, Tárrega, López de Ayala, Encina, Alarcón o los Pina. Estos últimos, descendían de Ximén de Pina, un caballero de Aragón que junto a Jaime I conquistó el reino de Valencia. A finales del siglo XIV se instalaron en Almansa bajo la confianza del primer marqués de Villena, don Alonso de Aragón. A mitad del siglo XVI, año de publicación del mapa de Vinka Paletin, los Pina y los Tárrega se emparentaron en una gran familia bajo don Alonso de Pina. Este era propietario del mesón ubicado en la plaza mayor. Sin embargo, decidió trasladarlo a otro lugar y construir en el solar un palacio denominado popularmente “Casa Grande”. El palacio es uno de los edificios manieristas más relevantes de todo el territorio nacional. La fachada muestra un bello conjunto heráldico, emblemático y escultórico. En el centro aparece un medallón encargado por el noble almanseño a la manera de los príncipes y gobernantes europeos. El busto escultórico representa a Alonso de Pina como si del general romano Escipión el Africano se tratara. El edificio consta de dos plantas distribuido en torno a un patio de planta cuadrada al que dan galerías con arcos de medio punto sostenidas por columnas jónicas. En ellos se reproducen los escudos heráldicos. En 1793 el palacio era propiedad del Conde de Cirat, Miguel de Catalá y Calatayud. Posteriormente, pasó a los marqueses de Montortal y, en 1992, fue adquirido por el Ayuntamiento de Almansa que tras su reforma acoge las dependencias municipales.
José Ibáñez – Historiador