Giacomo Gastaldi (1544)

Música de fondo: Patrick de Arteaga

En esta ocasión, nos encontramos con un espléndido mapa del cartógrafo italiano Giacomo Gastaldi (1500-1566). Esta considerado por la historiografía tradicional como el mejor cartógrafo italiano del siglo XVI. El mapa que se conserva en la Biblioteca Nacional de España data de 1544 y está adscrito a la sección de Mapas Generales de España bajo el nombre La Span[n]na/ Giacomo Castaldo Piemontese de Villa franca. Cosmographo. La edición del mapa se ubica en Venecia (Italia) y está formado por cuatro planchas en grabado. Una peculiaridad del mapa es su extenso tamaño, con unas medidas de 71 x 98 centímetros.

Giacomo nació en la pequeña población de Villafranca Piemonte en la provincia de Turín (Italia). En 1539 se instaló en Venecia como ingeniero y cosmógrafo oficial de la Serenísima República de Venecia. Su trabajo fue muy prolífico, con más de cien mapas que abarcan todos los rincones del mundo conocido.

El mapa en cuestión lo realizó junto a Diego Hurtado de Mendoza, embajador de Carlos V en Venecia. El trabajo de este último se vio recompensado por Giacomo a modo de dedicatoria en el ángulo inferior izquierdo. Así, escribió en italiano: «Alli Spettatori. Salute. Questa é la vera descrittione di tutta la Spagna da me composta… dedicata in Segno di gratitudine al Molto Ilt. Signor Don Diego Hurtado de Mendoza dignissimo Orator Cesare o nella inclita Citta di Venezia…». «A los espectadores. Saludos. Esta es la verdadera descripción de toda España compuesta por mí … dedicada en señal de agradecimiento al Mismísimo Señor Don Diego Hurtado de Mendoza, digno Orador Cesare o en la Ciudad de Venecia incluida …».

Giacomo realiza una novedosa descripción en la que muestra los climas y los paralelos con la duración de los días. Además, muestra el relieve con dibujos de montes de perfil y sombreados. También aparecen los principales recursos hídricos de la península Ibérica. Respecto a la toponimia, aparecen en castellano y, en menor medida, en catalán y latín. De este modo, muestra las principales poblaciones de los reinos peninsulares. El autor emula con finas líneas las olas del mar junto a una serie de naves que sirven para reflejar el poderío marítimo de los Austrias durante el siglo XVI. Como curiosidad, frente a las costas portuguesas, aparece un pez fantástico de gran envergadura. Seguramente, Giamoco, quería personificar los peligros que entrañaban los viajes atlánticos con este monstruo marino. No debemos olvidar, que la travesía hacia América suponía grandes riesgos para la tripulación y los pasajeros que decidían embarcarse al Nuevo Mundo. El hambre, el frío, las carestías del viaje, los ataques de piratas o las tempestades hacían que la situación se volviera insostenible en los largos viajes por el océano.

Si los caminos en el mar estaban llenos de peligros, en tierra no iban a ser menos. Prácticamente hasta el siglo XVIII, nuestro país no disponía de carreteras. Los viajes se realizaban por tortuosos caminos que intentaban superar los desniveles del terreno de la mejor forma posible. Almansa en el siglo XVI ya era una población importante como así aparece en los mapas que estamos desarrollando desde hace algunas semanas. Su excepcional situación, en uno de los pasos naturales de la meseta castellana hacia el Levante peninsular, provocó que diferentes vías de comunicación pasasen junto a ella. El más importante era el camino que partía desde Sevilla hacía Chinchilla, para seguir por Almansa, Valencia y Barcelona. Tenemos noticias del viaje que realizó el marino Cristóbal Colón en 1493 tras volver de América. Tras salir de Sevilla, llegó a Almansa el 16 de abril. Su destino era Barcelona donde le esperaban los Reyes Católicos para recibir al navegante tras su primer viaje a América. En el viaje de vuelta volvió a realizar escala en Almansa, concretamente el 6 de junio de 1493.

La importancia estratégica de nuestra ciudad se verá reflejada en siglos posteriores con la construcción en el siglo XVIII del Camino Real de Madrid y, posteriormente, en el siglo XIX con la realización de la red ferroviaria que convirtió a la estación de Almansa es una de las más importantes del sureste peninsular.

Jose Ibáñez – Traslashuelladeadaras.